“Al comienzo de este libro Catalina Porzio advierte: son pocas las veces en que para
beber prescindimos de una vasija. Ya sea con nuestras manos ahuecadas, con un
vaso, con una taza o una copa, así es como nos llevamos líquidos a la boca. Esta
separación entre cuerpo y agua la conduce a pensar en la imposibilidad de percibir
el mundo sin contornos, sin caer en el dominio de sus formas. Beber, mirar y
nombrar parecieran ser parte de lo mismo, nuestra domesticación. Acaso el agua,
se pregunta, sea la única materia capaz de sustraerse “a esa carga voraz por
reconocer en lo informe figuras conocidas”. Decidida a hacer de esa intuición una
línea de fuerza que la empuja y desvía, en estas páginas ofrece una observación
fascinante y delicada por los dominios del agua en sus arrebatadas posibilidades
de mutación”. Megumi Andrade Kobayashi