García Márquez construyó, en El otoño del patriarca, una maquinaria  narrativa perfecta que desgrana una historia universal -la agonía y  muerte de un dictador- en forma cíclica, experimental y real al mismo  tiempo, en seis bloques narrativos sin diálogos, sin puntos y aparte,  repitiendo una anécdota siempre igual y siempre distinta, acumulando hechos y descripciones deslumbrantes. Novela escrita en Barcelona entre 1968 y 1975, El otoño del patriarca  deja asomar en su trasfondo el acontecimiento más importante de la  historia española de aquellos años, la muerte del general Franco, aunque  su contexto y estilo sean, como siempre con García Márquez, el de la  asombrosa realidad latinoamericana, que el autor ha elevado una vez más a la dignidad del mito. «Durante el fin de semana los gallinazos se metieron por los balcones de  la casa presidencial, destrozaron a picotazos las mallas de alambre de  las ventanas y removieron con sus alas el tiempo estancado en el  interior, y en la madrugada del lunes la ciudad despertó de su letargo  de siglos con una tibia y tierna brisa de muerto grande y de podrida grandeza.» Salman Rushdie dijo... «El lenguaje de Gabriel García Márquez es mágico y lírico. No existe nadie que escriba como él lo hace.»